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[9] Hegai se fijó en ella, y le agradó tanto que, enseguida, ordenó que se le dieran cremas de belleza y comida especial. También le ordenó a siete de las mejores muchachas del palacio que atendieran a Ester, y que le dieran una de las mejores habitaciones en la casa de las mujeres.

10 [10] Ester no decía de qué pueblo ni de qué raza era ella, porque Mardoqueo le había pedido que no se lo dijera a nadie. 11 [11] Todos los días Mardoqueo iba y venía por el patio de la casa de las mujeres, para ver si Ester estaba bien y cómo la trataban.

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